Los elementos que el operador recorta, seleccionan, prioriza y las conexiones que establece entre el objeto que analiza (organización) y la versatilidad de su percepción.
El constructivismo es la denominación de una perspectiva que sostiene la idea que el sujeto –tanto en los aspectos cognitivos y sociales de su comportamiento como en los afectivos– no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción de esos factores (Scheinsohn, 2011).
De acuerdo con lo expuesto por este autor, el constructivismo no es un término unívoco. Por el contrario, puede hablarse de varios tipos de constructivismo y se trata de una posición compartida por diferentes tendencias de la investigación psicológica y educativa.
El constructivismo sostiene que no se sabe cómo son las cosas, sólo se sabe cómo se observan y cómo se interpretan. Se vive en un mundo interpretativo. Los objetos y / o hechos que se conocen –que son los objetos y hechos a los cuales se refiere cuando existe la comunicación– son construcciones mentales. Desde el enfoque del constructivismo, los seres humanos, en vez de obtener el conocimiento de manera contemplativa, se construyen.
Además, en la pragmática de la comunicación, las cosas son las que son, sino las que las personas creen, conocen, perciben y sienten acerca de ellas. La realidad siempre es una realidad “interpretada” por las personas. A menudo se invierte demasiado tiempo y energía para defender aquella ilusión que se piensa que es la realidad y pocas veces o nunca se considera que aquello que se denomina realidad, en verdad no es más y que la propia realidad, la ilusión. Solo una de las múltiples realidades que pueden existir. Existe una diferencia entre aquello que se denomina realidad –lo que se construye– y lo real, no aprehensible en términos de totalidad y simultaneidad, que impide toda posibilidad de construcción.
Los seres humanos están expuestos a un constante bombardeo de estímulos. Por las limitaciones propias del sistema de percepción, no es posible captar todos los estímulos que suceden alrededor, así que necesariamente siempre se elaboran recortes. Esta selección no es caprichosa, ya que sucede mediante una activa participación por parte del cerebro, consciente o inconsciente; es decir, no se recorta cualquier estímulo, sino aquellos que no están alineados con las ideas y expectativas según este autor.
Por ello, el constructivismo se preocupa más por cómose sabe, que por qué se sabe; asume que no existe observación, información, leyes u objetos independientes del observador que los elabora.
Los ejecutivos no reaccionan pasivamente ante las circunstancias, sino que crean los escenarios y las situaciones sobre las que deciden y actúan. El público construye los escenarios, en función de sus ideas, valores, prejuicios y experiencias.
Para Scheinsohn los conceptos del constructivismo revisten importancia en cómo se construye esa realidad que se denomina organización, sobre la cual se ha de intervenir y, por qué se privilegian ciertos fenómenos organizacionales sobre otros: a) Cómo se describen los fenómenos organizacionales, b) cómo se construyen esas realidades que se denominan escenarios toman decisiones y c) se llevan a cabo acciones concretas y la implicación que todo esto tiene para la estrategia.
Las organizaciones son universos significantes. Las observaciones que un operador (ejecutivo) elabora y sobre la base de las que luego acciona nunca son neutrales, ya que está implicado y es parte del fenómeno “observador- fenómeno observado”, por lo que en sus conclusiones estarán involucradas sus perspectivas por el mismo precio y sin opción de compra por separado. Toda descripción del fenómeno organizacional es parcial, ya que éste elabora su propio esquema mental.
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