La comunicación para el desarrollo emite mensajes con pertinencia social y cultural, conociendo el grupo meta de cada estrategia o campaña de comunicación para lograr el impacto deseado.

La comunicación ha sido una gran ventana que me permitió visualizar sus diferentes áreas en las que un profesional de este campo puede incursionar e ir especializándose. En mi caso, elegí la comunicación para el desarrollo con proyección social porque considero que es fundamental el educar, permear y sensibilizar a todos los actores involucrados en diversas temáticas como: a) derechos humanos, b) derechos de la mujer, c) medioambiente y d) agua y saneamiento.

La comunicación para el desarrollo establece y diseña mecanismos apropiados al contexto local y utiliza los canales de comunicación existentes para visibilizar el logro y sostenibilidad de proyectos o programas, estableciendo un diálogo de doble vía entre los diferentes actores. También permite implementar herramientas comunicacionales individuales y grupales para incidir favorablemente en las dinámicas sociales.

Mi primera aproximación a esta comunicación fue en 2007, cuando estudié la maestría de Comunicación para el Desarrollo en la Universidad de San Carlos para continuar con mi preparación académica.

En aquel entonces trabajaba en una agencia de relaciones públicas y tenía a mi cargo cuentas empresariales y corporativas, por lo que no tenía mayor vinculación con la comunicación para el desarrollo y su énfasis en la resolución de la problemática de la comunidad por parte de sus habitantes desde el diálogo y su participación.

Sin embargo, con el devenir de los años, la vida me presentó la oportunidad de diseñar e implementar una estrategia de relaciones públicas para un emprendimiento social, siendo un desafío en mi carrera profesional. Dejar de pensar comercialmente para enfocarme en la difusión de mensajes con trascendencia y proyección de beneficio comunitario, empezando por incluir en la agenda mediática temáticas como acceso al agua purificada por parte de la población rural y sus múltiples beneficios para ellos.

Continuando con educar y visibilizar esta problemática, empleando para ello, campañas de comunicación dirigidas a audiencias diversas como medios de comunicación, tomadores de decisión, influencers, ONG y entidades estatales. 

Vital para crear una estrategia de comunicación es la investigación por medio de la observación directa, al visitar las comunidades para conocer el contexto donde se desenvuelven y generar información que sea pertinente.

Realmente fue una experiencia gratificante el despertar el interés de muchos sectores y efectuar alianzas con una meta en común, dirigir esfuerzos por el bienestar de los guatemaltecos. Asimismo, fue un ejercicio de comunicación enriquecedor, el implementar, monitorear y evaluar las acciones de relaciones públicas y de relacionamiento con medios de comunicación a lo largo de seis años.

Cerré ese capítulo de mi vida con mucho agradecimiento por todos los aprendizajes que trajo consigo cada una de esas campañas, por las personas que conocí y por todos aquellos que creyeron, apoyaron y se sumaron a las diferentes iniciativas.

Justamente al hacer un recuento de estas experiencias, me di cuenta de que dista mucho la teoría que nos enseñan en la universidad con lo que aprendemos en el ejercicio profesional; es decir, en el día a día de nuestro quehacer como comunicador social.

Por ejemplo, el cambiar una táctica de comunicación por otra para lograr el objetivo planteado dentro de un plan o campaña de comunicación, ya que una de las premisas de las relaciones públicas es que toda estrategia es flexible. No obstante, este cambio responde a los mecanismos de control y monitoreo de cada una de las acciones que se están implementando dentro de dicha estrategia de comunicación que efectúe el profesional de RR. PP. a cargo.

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